¿Cómo implementar un SPV adaptado a la inmobiliaria de obra nueva?

Una de las problemáticas más importantes del sector inmobiliario es la falta de un SPV (Servicio Post Venta) tras la compra de un inmueble. Esta falta de seguimiento tras la compra impacta directamente la satisfacción del cliente. Así pues, en la compra de una vivienda de obra nueva, los futuros compradores suelen quejarse respecto a la falta de contacto con la promotora. Firman, se proyectan en la compra de un bien (que se les será entregado varios meses después de la compra del contrato de reserva) y una vez que han firmado dichos contratos y que han abonado la cantidad de dinero correspondiente, ya no tienen casi o ningún contacto con su promotora y casi ninguna información sobre el avance de la obra.

La falta de información y de contacto también se nota por parte de los compradores una vez que ya se han mudado a la vivienda. Durante la mudanza en un edificio nuevo, los habitantes de dicho edificio se enfrentan a numerosas problemáticas: falta de información sobre las reglas de copropiedad, ningún contacto con el administrador, defectos encontrados, etc. Frente a estas situaciones, los compradores desean dirigirse a su promotora. Sin embargo, en numerosos casos, las promotoras no tienen ningún SPV implementado.

El Servicio Post Venta en la inmobiliaria es un valor añadido significativo

Cuando compramos cualquier producto o usamos un servicio, es frecuente que debamos hacer uso del Servicio Post Venta por diferentes razones. En cuanto a la compra de una vivienda, que forma parte de uno de los proyectos más importantes y una de las mayores preocupaciones de los españoles, también sería lógico que las promotoras propusieran un SPV. La compra de una vivienda y la relación cliente-promotora no acaba cuando se entregan las llaves. 

Los primeros meses después de la entrega son los momentos donde el SPV sería más útil. Así pues, los compradores empiezan a descubrir su vivienda y su nuevo edificio una vez que empiezan a ocupar su nueva vivienda: por ello, es importante identificar los posibles defectos. Es primordial que los futuros compradores puedan ponerse en contacto de nuevo con su vendedor.

La implementación del SPV

Poco importa si el SPV lo garantiza la promotora o bien la comercializadora. Lo esencial es que el cliente se quede en contacto con la misma persona que lo ha acompañado durante el proceso de compra.

En la compra de un producto, cuando debemos contactar el SPV, se nos envía con frecuencia a plataformas telefónicas. El hecho de cambiar de interlocutor, y además no conocer a la persona, puede llegar a ser muy frustrante. Por ello, para proponer un SPV de calidad a los clientes, es preferible que el SPV se lleve a cabo por el encargado de la clientela, aquel que ha acompañado a los compradores a lo largo de todo el proceso de venta.

La implementación de un SPV puede ser larga a primera vista. Sin embargo, no es motivo para desatender esta tarea. Los clientes no eligen a la promotora sólo por los planos de la vivienda, sino también por los servicios que propone así como por su e-reputación. Los compradores, sobre todo aquellos que compran por primera vez, estarán más tranquilos comprando una vivienda a una promotora que ofrezca un SPV.

Por otro lado, cuando el encargado de clientela hace uso de herramientas tecnológicas en su trabajo del día a día, como un CRM inmobiliario, la gestión del SPV se vuelve menos larga y puede gestionarse fácilmente a través de dicho CRM inmobiliario.

La solución de Unlatch incluye una herramienta de seguimiento de las ventas así como un CRM inmobiliario que permiten al usuario mantener un vínculo permanente con los compradores durante y después de la transacción inmobiliaria. Los compradores tienen acceso a un espacio personal en el cual pueden estar en contacto directo con la promotora.

El uso de la plataforma Unlatch permite acceder a un SPV muy fácil de usar tanto para el experto inmobiliario como para el cliente comprador.

La implementación de un SPV gestionada por los comerciales o por los responsables de la clientela es la continuidad del proceso de venta. A lo largo de la transacción, los futuros compradores tienen un único interlocutor, disponible para acompañarles y para responder a sus preguntas. Esta persona es la más indicada para operar el SPV ya que conoce tan bien a los ocupantes de la vivienda como la promoción inmobiliaria.

Dicha persona puede ser empleada de la promotora o un agente externo. Es perfectamente capaz de gestionar los problemas técnicos del edificio o bien poder encontrar las soluciones a los defectos.

Durante la compra de una vivienda, los clientes necesitan un acompañamiento profesional: durante la construcción y también una vez que se han mudado. La relación cliente-promotora no acaba una vez se entregan las llaves. Tras la mudanza, los nuevos inquilinos pueden verse enfrentados a numerosas problemáticas. Por ello, la implementación de un SPV es primordial con el fin de garantizar la satisfacción del cliente.